domingo, 8 de agosto de 2010

Bomba atómica

En Japón eran las 8.15 de la mañana, un 6 de agosto de hace 65 años. Sobre la ciudad de Hiroshima pasó un avión estadounidense, el Enola Gay, y descargó la primera bomba atómica utilizada como arma de guerra. Como el avión, también la bomba tenía un nombre: Little Boy. Murieron 140.000 personas en el acto y durante los meses sucesivos esta cifra se elevaría a unos 350.000. Tres días después, el mismo flagelo tocaría a otra ciudad japonesa: Nagasaki. Japón se rindió seis días después. Fue el único país en sufrir un ataque nuclear.

La Segunda Guerra Mundial (1939-45) estaba viviendo sus capítulos finales. En el frente occidental ya se había acabado, con la derrota de la Alemania nazi. EE UU no necesitaba utilizar la atómica para asegurarse la victoria en el Pacífico, pero lo hizo. Según los historiadores fueron tres las razones detrás de este gesto: la voluntad de evitar que los coletazos de la guerra se prolongaran demasiado, el deseo de venganza contra Japón después de Pearl Harbor y la voluntad de demostrar a Unión Soviética, entonces aliada de EE UU pero próximo rival en el tablero mundial, su poderío atómico.



Aquello fue un punto de inflexión muy grande. Por supuesto, los países occidentales ya no son lo mismo. No quieren demostrar su potencial con bombas, no están pendientes de tableros mundiales,..., o al menos, es lo que parece. Después de la caida de las grandes amenazas como Japón, Rusia, Alemania... parecía difícil que aparecieran otras. Hemos estado pendientes de las mismas, las cuales en su mayoría han mejorado notablemente. Pero poco a poco han ido apareciendo otras amenazas que estaban ahí pero no nos dimos cuenta. O al menos, no quisimos darle toda la importancia que se merecían. Aun entrando en combate con ellos creímos que no tenían potencial. No obstante, es ese creer y ese radicalismo el que les ha hecho peligrosos y poderosos. El mundo les conoció en el 11-S y más tarde en los atentados de Londres y Madrid. Nos enteramos que lo que nos tiene que preocupar no son las viejas potencias, sino las nuevas. Estos países han aumentado su nivel de violencia, su radicalismo,... o simplemente un nivel económico y demográfica que dan miedo. Pero, ahora algunos de ellos ya no se limitan a grandes atentados sino que han pasado a un nivel superior: la bomba atómica.



Esto reabre el debate de las bombas atómicas. ¿deberíamos tener bombas atómicas? Y en ese caso, ¿quién?. Los países como Irán o Corea del Sur están en pleno de creación e investigación. Para nosotros, no deberían tener. Sin embargo, ellos piensan que tienen tan derecho como nosotros. Visto desde ese punto de vista, tienen razón. Entonces, ¿quién puede tener? Por un lado, encontramos su postura. Ellos se ven económicamente preparados y con derecho ya que sus principales enemigos tienen y, ¿por qué iban a ser ellos menos? Como he dicho antes, puede tratarse de una simple maniobra para demostrar el potencial de su arsenal e impresionar al mundo, lo cual sigue sin darles derecho.  Aunque en todo caso, lo más preocupante es que estén empeñados en mostrar su fuerza, lo que podría derivar a algo más preocupante. Su explicación es que se trata de un plan de defensa contra sus enemigos, los cuales podrián atacarles al igual que hicieron con sus aliados.



Por otro lado, países como Estados Unidos, tienen argumentos para estar en desacuerdo con Irán y para defender su posesión de armas. Justifican esa posesión diciendo que sólo la utilizarán en un caso extremo de urgencia y sólo en defense. Pero, eso es lo que dicen también Irán. ¿Por qué ellos son menos? Además, Estados Unidos y sus alidados son el centro de muchos males relacionados con la codicia económica, las antigüas guerras en las que participaron,... No obstante, en Irán y sus aliados son el centro de cientos de desigualdades sociales, del machismo,... Además, algunas de sus ideas religiosas afirman que tienen que reconquistar las antiguas tierras de España,... Ellos niegan eso al resto de países, pero su gente, los terroristas que les siguen,.. lo apoyan. A eso, ellos le llaman cultura y estaríamos entrando un debate muy difícil de resolver en el que están implicados muchos países por ambos lados. Así pues,  no llegamos un claro acuerdo por ambas partes.



Por este motivo, mucha gente opina que las bombas nucleares no deberían existir y deberían ser destruidas. De esta manera, si unos no tienen bombas nucleares, sus "enemigos" no se verán amenazados y obligados a construirla. Posiblemente sea así, o, quizás no. Quizá nos atacarían. Eso no se sabe. No obstante, yo apoyo la existencia de bombas nucleares aunque con otro fin. En primer lugar, el único fin que le daríamos sería el defensa de una posible problema externo: meteoritos,... Es decir, un problema que no se trate de países y personas. Estaría prohibido el uso para la guerra, por muchos argumentos que den. Por eso, teóricamente todos poseeríamos dicha bomba. Para ello, se crearía uno o más órganos internacionales que se encargarían de su protección y supervisión. En segundo lugar, el  sitio en el que se guardarían, sería en un lugar muy deshabitado, en el que no encontraramos ni rastro de persona a varios kilometros a la redonda. Los países en los que se colocarían sería en uno el cual no esté en ninguna guerra o problema, que no incumpla los Derechos Humanos,... Además de eso, tendría la aprobación de la comunidad internacional, de los órganos que protegen la bomba,... Por supuesto, estaría enterrada o almacenada en un lugar muy protegido y con una serie de condiciones necesarias. En el momento que su existencia suponga un problema muy grave a nivel internacional, sería eliminada. Es de todos, no de nadie.


lunes, 2 de agosto de 2010

Diario de la final

Today I got up a bit late. (....)

After that, we went to watch the match to the pub. Iwas two minutes late but it didn´t matter. The important thing was the match. Spain tried yo catch the ball and pass it but it was quite difficult. Holland defenders were really hard. They took too many fouls. Some of the players were very violent. I don´t understand why the referee didn´t stop it! WE had some opportunities to score but we didn´t. I was really really nervous. Holland was very dangeroues. Robben could change the match at any moment. We were shouting "we´re Spanish", it was great! We should do! It´s our team! We must do it!



In the second half, we got more nervous. Holland had the best opportunities to score, but Casillas appeared and he touched the ball and it wasn´t a goal! Saint Casillas! It was very difficult to got into the Holland wall. We were playing very well and we tried and tried! Come on Spain! When the time was going to be over, the players began to play faster, directly and our nervous grew a lot. Any time, both teams could score, so we had to go to the "added time". It was being a hard match! In the extra time, the playing was direct. There wasn´t a break and Holland nearly scored. We too. We tried and tried and tried but it was very difficult because they made a lot of fouls. They were crazy! They didn´t play fair, no! Absolutly they didn´t!



The time was going out, we couldn´t any more! I had headache, I was so nervous! Everybody thought that we were going to the penalties! That was the worst! In that, only the luck could save us! Our World Cup, our match, our history, our passion were going to be "in the air" with the penalties! Then, Iniesta appeared! Torres passed Cesc and he passed excellently to Iniesta, he shot the ball and he scored! He scored in the last minute! Iniesta, the boy who was the enemy of the Sun! He was called to the glory! He was called to write history, to write our history! He was born to score that goal! Spain was going to win! Spain! I never shot like today! Fantastic! Amazing! Exciting! Everyone was shouting! And then, we won, we won! We were the cent of the universe! We were the champions of the world! Spain! Only Spain! We shot! One girl cryed! We phoned our parents, our families, our friends,...! Our feeling were crazy! We did hundred of things! We took photos, ran, shot, took our t-shirts off,....! Fantastic night! I love my country! My team, my people, my popular parties, Iniesta, Casillas, Xavi, my family! Spain won! We are the World Cup champions! I wish I had been in Spain and run to Luceros, to shout! Today, I´m going to bed beeing happy, beeing Spanish!




 Yo viví la final en Liverpool. Lo que hay arriba es lo que escribí aquella noche mágica en mi diario. Mi familia inglesa me felicitó con mucho cariño. Se alegraban mucho por nosotros y me dijeron: vosotros sí que sabeis celebrar un Mundial de verdad. Tenían razón, lo hicimos aunque a miles de kilómetros de distancia. Ganar el Mundial fue una locura y a mí personalmente me costaba asimilarlo. En ese momento y a esa distancia no era capaz de entender lo que significaba aquella victoria para mí, para mi país y para el mundo entero. Era romper con una tendencia, era realzar nuestro orgullo, vengarnos del pasado, demostrar que somos un gran país,... Era eso y mucho más. Era un Mundial.



Recuerdo que durante el partido no podía beber. Cualquier tipo de jugada nos levantaba a mí y a mis amigos de nuestras sillas. Los nervios estaban a flor de piel. Cantamos, animamos,... Al principio era divertido, pero a medida que pasaba el partido los nervios y mi preocupación crecían. Pasé un mal ratito. Incluso llegué a tener dolor de cabeza.  Tuvimos ocasiones pero el Jabulani no quiso entrar. Menos mal que tampoco quiso entrar en nuestra portería a través del pie de Robben. Los ingleses del pub iban con España, ¡faltaría más! Entonces,apareció Cesc surcando la defensa holandesa, abriendo una herida en ella para pasarle la pelota a  Iniesta que un derechazo imparable, hundía el balón en la portería naranja para hacernos con la copa. 





Fueron momentos de alegría desatada. Alegría que te tira al suelo abrandote con tus compatriotas, que hace grites como nunca, y que saltes como nadie y que llores como un niño. Dichosa alegría. Tiramos las mesas del pub e hicimos una oda a Iniesta y a todo aquello que fuera español. Un minuto después, sin que apenas nos diera tiempo a sentarnos de nuevo, nos hicimos Campeones del Mundo. Volvimos a gritar,  saltar,... Pero hubo un momento que todos paramos pensando: bueno ya está, ya hemos ganado. Necesitamos 10 segundos para asimilar un poco todo lo ocurrido.  Creo que al paso de las horas y los días nos estamos dando cuenta de lo que significa esta victoria. Salimos a la calle a correr,  a cantar,  a recorrer todo el paseo sin cansarnos, a saltar de alegría y a gritar a los cuatro vientos, que éramos españoles, que éramos campeones.


 

Llamamos a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros amigos, a nuestra gente. Aun recuerdo la conversación con mis padres, en la cual intenté resumirles todo lo que sentía en ese momento y decirles que acordaba mucho de ellos y que les quería mucho. Fueron las primeras personas en las que pensé al marcar el gol. Y al igual que yo, todos mis compañeros recordaron a sus seres queridos. Recuerdo a todos mis amigos hablando con sus padres y gritando al teléfono al salir del pub. Fueron muy momentos muy emocionantes. Momentos de exhaltación en los que te acuerdas de tu familia, amigos,...Hace especial e inolvidable ese momento, el simpleme hecho de acabar de ganar un Mundial, y que chavales de mi edad llamen  a sus padres y hermanos llorando, gritando abrazados  sus amigos de viaje; en lugar de hacer cualquier otra cosa. Jamás olvidaré aquella escena. Nos acordamos de nuestros 45 millones de compañeros que se volcaron con nuestro equipo y con nuestro país. Todos queríamos celebrarlo y cantar y saltar y desatarnos como nunca lo habíamos hecho. Prácticamente hicimos eso aun estando en Inglaterra. Después de tantos años, España estaba en lo más alto. Un país que en lo respectivo al fútbol se sentía apartado de los grandes inmerecidamente. Un país que siempre ha estado volcado con el deporte y con el fútbol. Un país que está en crisis y que ha pesar de eso se ha echado a la calle a disfrutar y a celebrar la victoria. Un país que sabe saborear lo que tiene. Allí en Liverpool, alejado de mi familia y mis seres queridos, el sentimiento era muy grande. Un sentimiento de orgullo, de alegría muy difícil de igualar. Los días sucedieron y ese sentimiento seguía patente. Quería gritarle al mundo, a todos, gritarle a la gente, y que todos supiera que era español. Echába de menos mi país y celebrarlo allí como tocaba. Y eso quería hacer en España, con todos los españoles: gritar y cantar y bailar,.... que el mundo se enterara. Estaba muy inquieto, no paraba de moverme; aun habiendo pasado 2 días. Nunca me había arrepentido tanto de irme de viaje. EStaba contento pero lamentado al mismo tiempo de no estar aquí en España. No obstante, mi padre tenía razón, allí a lo lejos,  el sentimiento era muy grande y muy especial. Es casi indescriptible. Nunca lo olvidaré, porque aunque haya vuelto, aun tengo ese sentimiento tan especial.

Celebración del Mundial por todo el mundo

domingo, 1 de agosto de 2010

Viajero del mundo

Siempre me ha gustado ir a los aeropuertos. Me siento un auténtico viajero, con mi pasaporte, mi DNI y mis papeles. Cuando ves todas las diferentes puertas de embarque, los registros, la gente,... te sientes internacional. Tantos lugares a los que ir, tantos lugares que visitar. Es entonces, cuando, después de ver ese lugar en contacto con el mundo; ves tu puerta, tu avión, tu destino. Caminas seguro y directo. Entras y te sientas. La ventana es tu centro de atención. Poco a poco, el avión se va moviendo con mayor velocidad y de repente te elevas. Cada vez lo ves todo más pequeño. Al estar ahí arriba te sientes especial, poderoso e único. Ves como el paisaje se sucede y las vistas cambian. Es lo más parecido a mirar un mapa. 

Al ver todo el paisaje, el aeropuerto, la gente,... te sientes un viajero, en contacto con el resto del mundo, te sientes internacinal. Pero, después de dos horas de avión, estás apartado de todo. Ahí arriba en las nubes, viendo cómo se pone el Sol. Los demás están ahí abajo, y nisiquieras los puedes ver. Estás tú solo ahí arriba.  Eres el viajero internacional, el que forma parte del mundo pero que está apartado de él. Tú solo, de cara al Sol que se esconde detrás de las nubes trazando el contorno de éstas. Es su forma de despedirse de tí. Semejante escena da lugar a un sin fin de pensamientos profundos y emotivos,... Entonces, empiezas a bajar de las nubes y a hundirte en el paisaje. Aterrizas. Sales y vuelves a casa con aire distinto. Lástima que nada haya cambiado.  La gente sigue igual y no muestra ningún signo de madurez, es más, se ha vuelto aún más estúpida.; y tus problemas siguen ahí, sin ninguna solución de momento. El único que ha cambiado su punto de vista eres tú. Es ahora cuando toca adaptarse otra vez. Pero, ¿de verdad estoy dispuesto?